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En el mundo de la comida, el sabor a menudo tiene prioridad, pero no debemos olvidar el antiguo adagio de que primero comemos con los ojos. De hecho, la comida es una experiencia sensorial que comienza con lo visual. Un plato bellamente arreglado puede estimular la anticipación, y por el contrario, un plato mal presentado puede disminuir el deseo de sumergirse en él. El arte del emplatado es donde convergen las habilidades culinarias y la apreciación estética, donde nace la posibilidad para crear un festín para los ojos.
El plato frente a ti es un lienzo en blanco. Cada tamaño, forma y color puede influir en el atractivo estético de lo que se presenta. Al igual que un pintor consciente de su lienzo, los cocineros deben abrazar el plato con el que trabajan, considerando su interacción con la comida que se coloca sobre él.
El color y el contraste juegan roles significativos en la creación de platos visualmente atractivos. El ojo humano se siente naturalmente atraído por la variedad, y un plato colorido y lleno de contrastes puede avivar nuestro deseo de participar. Como un artista que es deliberado en su paleta de colores, los diferentes colores y contrastes de los alimentos crean composiciones culinarias que saben bien, y también se ven bien.
El equilibrio y la proporción también son fundamentales en el emplatado. Aseguran que los componentes de un plato, desde los elementos principales hasta los acompañamientos, estén en armonía. Las porciones, el peso visual e incluso los sabores deben estar equilibrados, creando un plato que satisfaga sin abrumar.
El arreglo estratégico de alimentos en el plato guía la mirada del comensal y crea una narrativa visual. Cada elemento debe colocarse con intención, contando una historia que complemente los sabores del plato y resalte el viaje del ingrediente hasta el tenedor.
Un plato demasiado ocupado o desordenado puede confundir al comensal, restando valor a la experiencia culinaria. Cuando menos es más, permite que la calidad de los ingredientes brille.
Cada elemento en un platillo debe tener un propósito, y esto incluye los adornos. No deben ser meras decoraciones, sino que deben contribuir al sabor y atractivo visual general, deben realzar o complementar los componentes principales.
Las salsas, también, son más que simples potenciadores del sabor. Pueden utilizarse de manera creativa para añadir color, contraste e interés visual al plato. La presentación artística de las salsas puede transformar un plato, añadiendo un toque de elegancia, capricho o sorpresa.
Considera añadir altura, esto permite crear interés visual y ayuda a guiar la mirada del comensal. Al igual que un arquitecto utiliza el espacio vertical para crear estructuras impactantes, la altura de los elementos alimenticios puede crear paisajes culinarios impresionantes.
No hay que dejar de lado, irónicamente, el espacio en blanco, o el espacio vacío en un plato, es tan importante como el espacio lleno. Este espacio negativo permite que la comida resalte, evita que el plato parezca desordenado y crea equilibrio.
Finalmente, la Regla de los Impares, tomada de las artes visuales, sugiere que un número impar de elementos es más visualmente atractivo que un número par. Usa esta regla para guiar tu emplatado, creando composiciones dinámicas y equilibradas para cautivar la mirada.
El pensamiento, la habilidad y la maestría que se invierte en el emplatado, es un testimonio del respeto del cocinero por los ingredientes y el deseo de proporcionar una experiencia gastronómica envolvente que deleite todos nuestros sentidos.
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